Villavicencio, Meta.
La preocupación crece en el Departamento del Meta ante las proyecciones que indican una inminente pérdida de categoría, lo que lo degradaría de primera a segunda a partir del año 2027. Aunque la noticia ha circulado como un rumor, expertos en finanzas públicas advierten que las versiones tienen un sólido sustento en el desempeño fiscal del actual año 2025, cuyo impacto ya se considera «daño hecho».

¿Por Qué la Pérdida de Categoría es Más que un Símbolo?
La categorización territorial, regida por la Ley 617 de 2000, no es una distinción meramente honorífica. De ella dependen aspectos cruciales de la gestión pública, incluyendo:
Límites salariales de los funcionarios.
Capacidad de endeudamiento del departamento.
Autonomía presupuestal y administrativa.
La posibilidad de sostener una estructura administrativa eficiente.
Un descenso a segunda categoría significa, en esencia, que los Ingresos Corrientes de Libre Destinación (ICLD) no son suficientes para cubrir de forma sostenible los gastos de funcionamiento, o que estos han superado los márgenes legales establecidos.
📝 Nota Clave: La Ley 617 evalúa el desempeño fiscal con base en la vigencia presupuestal anterior. Por lo tanto, el resultado fiscal de 2025 es el que determinará la categoría departamental para 2027, sin margen de ajuste posterior.
El Retroceso Fiscal: El Contraste con la Senda del Rigor
La crítica situación fiscal se atribuye a un desempeño financiero en 2025 caracterizado por un bajo nivel de recaudo, una ejecución presupuestal desequilibrada y una limitada capacidad de ahorro corriente.
Este panorama contrasta fuertemente con la solidez fiscal alcanzada por el Meta durante el cuatrienio 2016-2019, un periodo en el que el departamento fue un referente nacional por su disciplina y planeación:
Desempeño Fiscal Ejemplar: En 2017, el Meta logró un índice de desempeño fiscal de 76,74% (puesto 7/32), y en 2019 mantuvo un destacado 68,37% (segundo entre departamentos de primera categoría).
Control del Gasto: Los gastos de funcionamiento se mantuvieron muy por debajo del límite legal del 55%, alcanzando un nivel de solo 40,7% en 2019, liberando recursos para la inversión social.
Máxima Calificación Crediticia: Gracias a una gestión eficiente de la deuda, el departamento obtuvo en 2019 la máxima calificación crediticia nacional, AAA, un reconocimiento que solo compartía con Valle del Cauca y Antioquia.
Consecuencias Inapelables para el Futuro del Meta
La eventual pérdida de categoría en 2027 no solo representa una sanción técnica, sino un severo golpe institucional que compromete la reputación y la gobernabilidad del Meta. Las consecuencias directas incluyen:
Reducción en la capacidad de inversión del gobierno departamental.
Mayores restricciones en la contratación de personal.
Dependencia creciente de las transferencias nacionales.
Limitación de la autonomía en la toma de decisiones fiscales y administrativas.
La lección, concluyen los analistas, es que la disciplina fiscal no admite improvisaciones. El abandono de la senda del rigor en el recaudo, la planeación y la ejecución presupuestal dejará al Meta enfrentando una sanción institucional inapelable con graves efectos en su desarrollo a mediano y largo plazo.
¿Le gustaría que buscara información oficial sobre el desempeño fiscal actual del Departamento del Meta o las declaraciones del gobierno departamental al respecto?
Tomado de texto de Marcela Amaya





