Bogotá, Colombia – En el panorama político preelectoral de Colombia, una tendencia estratégica se ha consolidado entre los candidatos y movimientos de derecha, independientemente de la contienda (ya sea local, regional o nacional): la campaña parece centrarse no tanto en propuestas de gobierno alternativas, sino en la crítica constante y el antagonismo directo al Presidente Gustavo Petro.
Esta estrategia, que analistas han denominado jocosamente como la «Petrofobia» o el «Anti-Petrismo» como plataforma, ha simplificado el mensaje de muchos aspirantes, usándolo como un eje unificador y movilizador de su electorado.

El Petrismo como Eje de la Discusión
El fenómeno ha sido evidente en las recientes contiendas, donde el debate público a menudo se desvía de los problemas locales y la gestión de cada candidato para enfocarse en la figura presidencial.
- Identidad Política: Para muchos candidatos de derecha y centro-derecha, la oposición radical a Petro se ha convertido en su principal carta de presentación e identidad política. En lugar de debatir sobre infraestructura, educación o economía regional, el mensaje se condensa en la advertencia sobre el futuro del país bajo las políticas del actual gobierno.
- Movilización Emocional: La crítica al presidente se utiliza como una herramienta potente para movilizar las bases de la oposición, apelando a temores sobre el «cambio» y la estabilidad económica e institucional. Esto permite agrupar a votantes de diversas tendencias ideológicas bajo un mismo paraguas: el rechazo al proyecto de izquierda que lidera Petro.
- Aparición Mediática: Centrar el discurso en el presidente asegura una constante visibilidad mediática, ya que cualquier declaración o crítica fuerte tiene altas posibilidades de generar titulares y debate en redes sociales, manteniendo la campaña en el foco de la opinión pública.

Riesgos para el Debate Democrático
Sin embargo, esta táctica no está exenta de críticas. Analistas políticos y académicos han manifestado su preocupación por el empobrecimiento del debate democrático:
- Sustitución de Propuestas: Al poner el foco exclusivamente en el ataque al gobierno central, muchos candidatos descuidan la presentación de propuestas concretas, viables y diferenciadas para los problemas específicos de sus regiones o ciudades. El electorado, en muchos casos, queda sin una clara hoja de ruta sobre qué harían estos candidatos en el poder.
- Polarización Extrema: La estrategia fomenta una polarización binaria (Petro vs. Anti-Petro), lo que dificulta la construcción de consensos y margina a las voces de centro o a los candidatos que buscan una crítica constructiva en lugar de la denigración personal.
- Desgaste del Mensaje: Expertos advierten que el uso constante y excesivo de la retórica anti-Petro puede llegar a un punto de desgaste y saturación en el electorado, que eventualmente podría exigir un regreso a las discusiones programáticas serias.
A medida que las campañas avanzan, queda por ver si esta estrategia de un solo punto será suficiente para ganar elecciones, o si los votantes terminarán inclinándose por los candidatos que ofrezcan soluciones prácticas a sus necesidades cotidianas.





